Medios y Remedios
Descontrol
Gerardo Soriano Palma
Si TV Azteca no estuviera tan ocupada en solucionar tantos problemas (demandas contra su dueño, diversificación de su negocio principal -el entretenimiento- que la ha llevado a tomar decisiones incorrectas) creo que sería la televisora de vanguardia en México, al menos en lo que se refiere a programas unitarios, telenovelas o de espectáculos.
Los números dicen que a TV Azteca no le ha ido mal últimamente. Esto se debe en parte a los recortes en los gastos de producción, la ausencia de inversión en nuevos programas, recortes de personal, todas decisiones administrativas que, al final del día, han provocado una merma en la creatividad de su oferta televisiva.
Pero a TV Azteca se le debe reconocer una cosa: cierto interés histórico por apoyar conceptos novedosos. Su última buena decisión ha sido apostar por el programa de caricaturas Descontrol (lunes, 21:30, Azteca 7) que, aunque intenta ser irreverente con el mundo de la política y del espectáculo -no lo logra del todo, su humor sólo llega a ser políticamente correcto- es una muestra de cómo una concesión de televisión puede fomentar la creatividad y abrir oportunidades de trabajo.
A pesar de lo anterior no deja de ser paradójico que en la mitad de la primera década del siglo XXI, México está apenas entrando al negocio de la animación, situación totalmente imputable al sistema duopólico de la televisión mexicana.
Justo la semana pasada se decía en la convención bancaria que la mayor competencia entre las instituciones de crédito provocará una reducción en las comisiones que se cobran a los usuarios de la banca, situación similar a lo que sucede con la telefonía celular, donde cada año disminuyen los costos de algunos de sus servicios, sin mencionar las ventajas que tenemos los consumidores por poder elegir entre diversas aerolíneas, tiendas de autoservicio, grupos editoriales periodísticos, etc.
Pero en México el monopolio, luego el duopolio, ha hecho el peor de los males a la creatividad en la programación de la televisión. ¿Se imagina si se abriera otra cadena nacional, incluso en la frecuencia UHF –la mayoría de los televisores pueden sintonizarla con una simple antena de conejo- cuánto beneficiaría al contenido de la televisión mexicana, con tanto talento sumergido en el desempleo?
El programa Descontrol es sin duda una muestra de que si existiera un mercado diversificado de televisión tendríamos varios “descontroles” inundando nuestras pantallas.
Zapping
La semana pasada comentamos que, según una entrevista realizada por una reportera al español participante de Big brother (entrevista vetada por los jefes de esta periodista) éste admitió que lo habían invitado a participar y que llevaba en México 15 días. ¿Tendrá en orden su forma migratoria FM3 que le permite trabajar en el país (recuérdese que los participantes de este reality firman una exclusividad y les pagan un sueldo mientras dura el programa)?
gsoriano@economista.com.mx