domingo, abril 06, 2008




Tecnología adictiva



Palms, plasmas, celulares, internet. ¿podemos vivir sin ellos?
La respuesta es afirmativa. ¿Nuestras necesidades básicas están fundamentadas por alguno de estos adminículos de la modernidad? ¿Somos mejores o peores personas teniendo lo último en tecnología? ¿Nuestra capacidad de amar se fundamenta en un Blackberry? Me parece que no.
Pero hoy en día abstenerse de estos juguetes tecnológicos es como abstenerse de la imprenta en la edad media o del telégrafo en la Revolución Indutrial. En pocas palabras, sería quedar fuera del progreso, ese monstruo que hemos creado y que evoluciona por su propia cuenta, tal cual se tratase de un Frakenstein.
En estos días estreno una televisión LCD-HD y no veo cómo algun día pueda regresar a ver una televisión análoga. Será imposible. Es como si tuviéramos implantado un chip que nos prohibiera mirar hacia atrás y estemos programados para exigir lo más rápido, lo más pequeño, lo más nítido. Todo, sin que en verdad necesitemos todo eso "más".
Y aunque me repito una y otra vez que ver el concierto en DVD de "Héroes de silencio" o de "Bersuit", tanto en televisión normal como en LCD, es exactamente lo mismo, porque el mensaje no cambia, seamos sinceros. Un plasma resulta adictivo. La ecuación es sumamente interesante: "necesito algo que en el fondo es imprescindible, pero que si no lo tengo ya no soy". El "soy" no en sentido filosófico, sin el soy en sentido del aquí y el ahora, que es donde es más útil, precisamente, la maldita tecnología.