Medios y Remedios
¿Retroceso de 30 años?
Gerardo Soriano Palma
Dice Andrés Manuel López Obrador que México está ante un retroceso político de unas tres décadas a propósito de todo lo que hay detrás de su desafuero.
¿Será verdad? En cuestión de medios, veamos.
- Hace 30 años había una sola empresa privada de televisión abierta con alcance nacional; hoy hay dos.
- Las estaciones de radio en el Distrito Federal estaban en manos de unas 5 familias; hoy esa tendencia se mantiene.
- Había periodistas corruptos que recibían dinero del gobierno a cambio de diversos favores o callar asuntos incómodos; hoy esa práctica sigue igual, sólo que ahora no son los reporteros los que se comprometen en lo oscurito, sino lo hacen los dueños de los consorcios (aunque ya no solo reciben órdenes, sino también las imponen).
- Eran común los atentados o ejecuciones de aquellos periodistas que se salían del redil; en este 2005 lo anterior continúa (aunque de esto siempre se responsabiliza al narco).
- Era usual que se quisieran desaparecer a los medios que se atrevían a ser incómodos contra el gobierno, como sucedió con Excélsior; hoy se hace lo mismo (recuerden el chiquihuitazo).
- En 1968 Jacobo Zabludovsky se tomaba unos segundos para informar sobre la matanza de Tlatelolco, mientras era generoso con notas sobre los Juegos Olímpicos; hoy se hace lo mismo, donde el funeral del Papa es más importante que los odiosos asuntos domésticos como el desafuero de quien gobierna la capital del país.
En síntesis. López Obrador miente. No hay un retroceso. Todo sigue igual.
Una perla
Es jueves. Las 8 de la mañana. Día del desafuero. Las conductoras del noticiero AM están en lo suyo. El helicóptero de TV Azteca sobrevuela el Zócalo capitalino. Hay miles de personas. El reportero del aire hace su trabajo. Ordena al camarógrafo una toma panorámica. El piloto maniobra, vuela en círculos. Todo en orden. Lo más natural. Un reportero que hace su trabajo, un camarógrafo que encuadra una imagen, una televisora que cumple su responsabilidad social de informar objetivamente.
La toma del Zócalo repleto es vista -antes que ésta salga al aire- por los jefes en el Ajusco y, luego, viene la orden. Cuando se la comunican al reportero éste se sorprende. Para qué discutir, piensa. Y luego ordena al camarógrafo: “Cierra la toma; sólo quieren acercamientos para documentar posibles disturbios”.
(Anécdota filtrada por fuentes que estaban tanto en tierra, como en aire).
Zapping
En los cortes informativos TV Azteca sí difundió tomas del Zócalo mientras López Obrador daba su discurso, aunque éstas fueron rápidas. Sin violencia, no había nota. Con Javier Alatorre la noticia del desafuero fue un asunto que ameritó unos 180 segundos. Televisa, aunque con una cobertura en tiempo un poco mayor, siguió el mismo guión que su hermana menor; guión como los que se escribían en la era Zabludovsky, donde se minimizaba a los contrarios.
gsoriano@economista.com.mx