Medios y Remedios
¿Qué le aplauden?
Gerardo Soriano Palma
Televisa sorprendió a todos. Anunció que transparentará los ingresos que recibirá en las elecciones de 2006 por concepto de publicidad política.
Pero, en honor de la verdad, conocer la información que ahora “liberará” esa empresa ya sucede de facto.
Revistas como Proceso han podido documentar (“Relación perversa de partidos y televisión”, julio de 2004) a través del IFAI, los convenios suscritos entre partidos políticos y televisoras, donde se han revelado las tarifas preferenciales que han impuesto a sus candidatos favoritos.
Lo positivo es que ahora se podrá corroborar que lo declarado por los partidos ante el IFE -información que, repito, se puede obtener vía IFAI- coincida con los documentos que a partir del próximo año liberará la empresa de Azcárraga Jean.
Lo que llama la atención es que el consorcio de medios nunca hable de dar a conocer los convenios que eventualmente puede llegar a tener no con los institutos políticos, sino con particulares (sí, esas negociaciones que suelen ocurrir en lo oscurito, o en restaurantes de hoteles donde misteriosamente confluyen Ahumadas y ejecutivos de televisoras.). De esta manera, se entiende que tampoco se compromete a informar sobre los convenios celebrados con los famosos “amigos de…” equis candidato, siendo ahí donde se encuentra, precisamente, la clave para entender la “relación perversa entre partidos y televisión”.
Otro punto importante en lo anunciado por Televisa e IFE, tiene que ver con la urgencia de actualizar las leyes correspondientes para que la democracia no sea tan onerosa.
Los analistas financieros estiman que el próximo año la televisora de San Angel espera recibir de 130 a 140 millones de dólares por concepto de publicidad en campañas políticas (¡el doble de lo que el Fondo Nacional de Desastres había liberado, hasta la semana pasada, a los estados del sureste del país que resultaron afectados por las lluvias!).
Ahora que la empresa de Azcárraga Jean nos zorrajará en la cara la manera como se beneficia económicamente a costa de todos los contribuyentes, espero que la opinión pública presione para que ahora sí se promueva un cambio en la legislación y se erradique este enriquecimiento innecesario de un puñado de concesionarios que usufructúan bienes públicos.
Zapping
TV Azteca tiró la toalla. Sacó del aire el programa Bailando por un millón, luego de sus raquíticos niveles de audiencia (a pesar que, en opinión de quien esto escribe, era mejor producción que Bailando por un sueño, de Televisa).
En su último programa, alcanzó apenas 9 puntos de rating a nivel nacional, contra casi 40 que obtuvo su emisión rival…
Ni un año estuvo al aire la revista informativa, AM, de TV Azteca, donde un grupo mujeres -entre exactrices y conductoras de MTV- pretendían ganarle audiencia a Carlos Loret de Mola. ¿Podrán con Televisa los jóvenes reporteros que entraron al quite?
gsoriano@economista.com.mx