lunes, septiembre 26, 2005

Medios y Remedios
TV Azteca: auto elogio y melodramas
Gerardo Soriano Palma



Me molesta que TV Azteca se vanaglorie con la cobertura que hicieron de la liberación del director técnico del Cruz Azul, Rubén Omar Romano.
Y es que un día después de que los elementos de la AFI pusieran fin a su cautiverio, los del Ajusco empezaron a transmitir una cápsula donde mencionan lo maravillosos que son por haber sido los primeros en informar sobre su liberación y que, además, su conductor estelar, Javier Alatorre, estuvo presente.
¿Es necesario echarse flores de esa manera? ¿Para qué decir que tuvieron mejor cobertura que sus competidores, ante un hecho dramático como lo es un secuestro? Además de poco ético, es una manera infantil de asumir que, como los Noticieros de Televisa siempre son mejor en todo, tienen que recurrir al autoelogio.
Por lo demás, no es que TV Azteca haya hecho mejor las cosas. La única razón por la que su conductor estrella pudo estar presente en la liberación de Romano, fue porque la funcionaria de Comunicación Social de la AFI, Lizeth Parra, trabajó como reportera de Hechos y a que mantiene una estrecha amistad con Alatorre, por lo que el pitazo sobre la inminente liberación del entrenador trascendió primero en TV Azteca que en cualquier otro medio. ¿Autoelogiarse por eso? Triste.
La serie
Mientras el área de noticias de TV Azteca deja mucho qué desear hay que reconocer otras áreas de esa empresa.
La serie, De nuevo pie, es un excelente melodrama sobre lo que pasó en el terremoto de 1985.
Estados Unidos suele hacer de cada acontecimiento con cierta trascendencia histórica, tanto de su país como de naciones ajenas, una película. Ejemplos hay miles, desde cintas que tienen que ver con avionazos, terremotos, crímenes seriales o guerras.
México tuvo que esperar 20 años para que una productora importante realizara un testimonio visual, bajo el género de ficción, sobre lo que significó ese suceso que marcó la vida de millones de mexicanos.
En De nuevo en pie, TV Azteca incluso se atreve a hacer una crítica sobre un sistema corrupto que permitió que se mal construyeran edificios en el régimen priísta. ¿Imaginan lo que será cuando en 10 o 20 años se retransmita esa serie y las nuevas generaciones vean cómo el gobierno hacía las cosas en esa época?
Esta mini serie de TV Azteca debería ser ejemplo para que de ahora en adelante no tengan que pasar décadas para realizar otras historias ficcionadas sobre asuntos de interés nacional. Por otra parte, ¿a poco no sería genial que a raíz de este programa se empiecen ver en televisión o en el cine versiones de libros como los del historiador Francisco Martín Romero, o de los periodistas Olga Wornat o Rafael Loret de Mola? Ya lo merecemos, ¿no?
gsoriano@economista.com.mx